martes, 19 de marzo de 2013

19 PROVA QUE VALENCIÀ I CATALÀ SON DISTINTS

Prueba nº 19.- Els Llibres del Repartiment i dels Avehinaments




EL “LLIBRE DEL REPARTIMENT” Y “EL LLIBRE DELS AVEHINAMENTS“ DEMUESTRAN QUE EL TOTAL DE COLONOS PROVENIENTES DE LA “MARCA HISPANICA” NUNCA SUPERÓ LOS 4.000

¿Cuántas veces hemos oído decir que los valencianos hablamos catalán porque en 1238, cuando Jaime I conquistó el Reino moro de Valencia nos trajo el catalán a través de sus huestes catalanas que colonizaron nuestro territorio?

“In nomine Domini.
Incipiunt donationes de Valentia et de termino, facte a domino Jacobo rege Aragonum sub Era millesima CCª LXXVª, anno M. CC. XXX. Séptimo”
                                                                         Llibre del Repartiment (1.237)

Ilustrábamos la prueba anterior con una foto del Llibre del Repartiment al tiempo que concluíamos que era materialmente imposible que un 2% de la población del Reino de Valencia de 1238 provenientes de la Marca Hispánica (hoy Cataluña) nos trajeran una lengua que aún no existía, el catalán, (en estos condados feudatarios del Rey de Francia se hablaba provenzal o lemosín) y nos la “enseñaran” con tanta rapidez y eficacia que cuando Jaime I nos conquistó ya nos promulgara Els Furs, supuestamente en “catalán”. Si esto hubiese sido cierto, el prodigio lingüístico sería merecedor de mayores estudios:

1.- ¿Quién puede creerse que una parte de las huestes aragonesas reclutadas en los condados “catalanes”, la mayoría iletrados, tuvieran conocimientos para ejercer una didáctica básica para enseñar su lengua?

2.- ¿Cómo van a enseñarnos a los valencianos el “catalán” si la lengua de los condados franceses de la Marca Hispánica era el provenzal y el lemosín?

3.- ¿Cómo van a importar una lengua “la catalana” que no existía todavía y que tendría que esperar dos siglos para que empezara a germinar con una mínima estructura y denominación propia?

4.- ¿Cómo 4.000 soldados de unas localidades fronterizas como eran los condados “catalanes” van a imponer a la población de 200.000 habitantes de todo un Reino que ya hablaba y escribía el “romanç valenciá” desde el siglo IX?

5.- ¿Cómo van a enseñarnos el “catalán” los soldados de Jaime I y este, al momento, nos otorga las leyes en “romanç valenciá” para entendimiento de la población del Reino que acababa de conquistar? "Est fur arromança lo Senyor Rey" “Istum forum posuit in romantio Dominus Rex” (Furs del Regne de Valencia.

6.- ¿Cómo es posible que se exija a médicos y jueces que emitan las recetas y las sentencias en “romanç” si, a partir de ese momento –supuestamente- se nos iba a empezar a enseñar esa lengua? "Los jutges en romanç diguen les sentencies...", "Metges axi fisichs com cirurgians les receptes que ditaran hajen a dictar en romanç declarant lo nom de les herbes en lur nom comu, e vulgar (Furs del Regne de Valencia).


Como escribe el Catedrático de Historia, Leopoldo Penyaroja (http://es.wikipedia.org/wiki/Leopoldo_Pe%C3%B1arroja_Torrej%C3%B3n), en “el mozárabe en Valencia” (Editorial Gredos 1990) “la lengua romance de los mozárabes i de los musulmanes de Valencia, la que debió de oír el Rey Jaime I cuando puso pié en la Valencia de 1238. No era, por consiguiente, la que, partiendo de las bases insuficientes, imagina Sanchis Guarner (y que algún despistado discípulo reafirma contra toda evidencia). No era una lengua fósil, ni desligada del habla valenciana medieval, sino una lengua evolutiva i modernizante, de estructura fonética idéntica a la lengua valenciana posterior”.


El catedrático de historia, el medievalista Antonio Ubieto Arteta (http://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Ubieto_Arteta), en su estudio de los “Orígenes del Reino de Valencia”, detalla minuciosamente cuales fueron las composiciones de las tropas que acompañaron al Jaime I en su conquista de las tierras valencianas. Confirma que sólo “un 2%” de las susodichas tropas procedían de la Marca Hispánica, lo que posteriormente se conoció como Cataluña y que para entonces aún no existía la unidad de lo que hoy es Cataluña”. 
De este 2%, el 0,8 eran gentes provenientes del clero de los condados, especialmente del de Barcelona, del que Jaime I era Señor y San Luis IX, Rey de Francia, su soberano hasta 20 años más tarde. El resto, hasta el 2 %, esto es, el 1,2 % eran soldados de los cuales muchos regresaron a sus tierras al impedirles Jaime I entrar “a botín y rapiña” en el Reino de Valencia. En su consecuencia, estos pobladores "no pudieron hacer valer su lenguaje ante los más de 65.000 cristianos, 2.000 judíos y 120.000 moros habitantes del reino moro valenciano". (Hussein Mones, catedrático de Estudios Hispánicos Al Andalus, de la Universidad de El Cairo, en su libro: Andalucía, Algarabía and Al Sharky.

A partir del  7 de Julio de 1237, los escribanos de Jaime I comenzaron a anotar en el Libro Primero “del Repartiment” el nombre de la persona que asistía al asedio de la ciudad de Valencia y el número de las “casas y yugadas de tierras” que también se ofrecían. Y así ocurrió hasta después de la ocupación. Los ofrecimientos se hacían para ocupar el reino moro con cristianos, lo cual exigía la permanencia definitiva del beneficiario en tierras valencianas. Una vez conquistada la ciudad comenzaron a hacerse realidad las donaciones, extendiendo los documentos correspondientes, de los que se conservan muchos. Y, tan pronto como este título de propiedad se extendía, los escribas del Rey cancelaban el ofrecimiento con unas “señales a modo de tachadura” que confirmaba que la promesa del reparto se había cumplido.

En el Llibre del Repartiment, perteneciente al Archivo de la Corona de Aragón y que, lamentablemente, se encuentra en Barcelona, se registran meticulosamente las donaciones de casas o terrenos hechas por el rey Jaime I a aragoneses, catalanes, navarros, ingleses, húngaros, italianos y franceses, es decir a todos los que participaron en la cruzada que fue la conquista de Valencia. Se calcula que en el Reino de Valencia vivían unas 200.000 personas mientras que los repobladores solamente fueron unos pocos miles. El aumento de la población del reino de Valencia no llegó a un 5% con la inmigración aragonesa y catalana. Y esta inmigración iba aproximadamente por mitad y mitad[“”(http://es.wikipedia.org/wiki/Llibre_del_Repartiment_de_Valencia).

El libro consta de tres volúmenes datados entre 1237 y 1252. El primer y segundo volumen recogen las donaciones de propiedades rústicas y urbanas de la ciudad y término de Valencia y de todo el Reino, en total, unos 3.200 registros. En el tercer volumen se recogen los edificios de la ciudad de Valencia, con la indicación del antiguo propietario y del beneficiario de la donación.


"Consideramos -dice A. Ubieto- que la lengua romance hablada en el siglo XII en Valencia persistió durante el siglo XII y XIII, desembocando en el 'Valenciano medieval'. Sobre esta lengua actuarían en muy escasa incidencia las de los conquistadores, ya que, como he señalado en otra ocasión, el aumento de la población del reino de Valencia no llegó a un 5 % con la inmigración aragonesa y catalana. Y esta inmigración iba aproximadamente por mitad y mitad.....

El “Llibre dels Avehinaments” de los años 1387-1396, censo confeccionado también por el rey Jaime I, ha sido estudiado en profundidad por la Catedrática de Paleografía, Cabanes Pecourt
(http://ca.wikipedia.org/wiki/Amparo_Cabanes_Pecourt), estableciendo sin lugar a dudas que las concesiones de casas y tierras a los mercenarios de la “Marca Hispánica“ (“catalanes”) fueron prácticamente inexistentes en relación a las otorgadas a otras tropas, tales como aragoneses, navarros e incluso extranjeros. Posteriormente las lecturas que se han efectuado del Libro del Repartimiento no han modificado sustancialmente este porcentaje del 1,2% de catalanes que permanecieron en Valencia una vez conquistada a los moros.
Para el profesor Peñaroja “la conclusión es clara: el 16,8 % de una minoría repobladora no podía imponer, en tal situación, su dialecto catalán occidental. Y esta tendencia se confirma, de forma coincidente, en las comarcas y po­blaciones más populosas del Reino­, como era Játiva, donde se detecta casi un 60 % de repobladores de habla aragonesa y castellana frente a un insignificante 14 % de habla ca­talana occidental (provenzal). y como que estas son los únicos datos históricos comprobables, la Filología científica no se puede desentender de ellos. Es decir: hoy por hoy, la teoría que interpreta el valenciano como el producto de una repoblación catala­na no es históricamente demostra­ble. Es una opinión, no un conocimiento científico”.
¿Cómo construye Cataluña la supuesta dominación “catalana” del Reino de Valencia?
El archivero del Archivo de la Corona de Aragón en Barcelona, Próspero de Bofarull, hace -a mediados del siglo XIX- una traducción falseada del "Libre de Repartiment del Regne de Valencia" para inventarse los nombres de las familias catalanas que, según él, vinieron a enseñarlos “su lengua” y a quedarse en Valencia. Pero su edición resultó tan extraordinariamente manipuladora y la manipulación tan burda que carece de credibilidad alguna. Bofarull se dedicó a leer y a copiar única y exclusivamente los "asientos" de la ocupación de tierras que le interesaron  y que no son otros que los catalanes, obviando la mayoría de las adjudicaciones a aragoneses navarros, ingleses, húngaros, italianos y franceses. Como digo, la versión del archivero Bofarull está totalmente desacreditada a todos los efectos académicos e historiográficos. 

El contexto social y político de la manipulación de Bofarull  no es otro que el  inicio de la “Renaixença” catalana (mediados del siglo XIX) donde la construcción de su personalidad “nacional catalana” exigía esta serie de “licencias”. En esencia, la edición de Bofarull estaba absolutamente manipulada ya que no tuvo en cuenta la totalidad del texto, ni la técnica notarial del siglo XIII, ni mucho menos la actual. Tachó a capricho nombres aragoneses y navarros para demostrar la supremacía de catalanes frente al resto. Hoy, todas sus omisiones, tachaduras y hojas eliminadas se han podido recuperar y contrastar con el resto de documentación, el “Llibre dels Avehinaments” , de pergaminos y textos complementarios que arroja un resultado determinante: la población del Reino de Valenciana proveniente de los condados de la Marca Hispánica tras la conquista de Valencia no supuso más que una cifra porcentual del 1,5 % del total de los habitantes, lo que hace del todo punto imposible que dichos soldados pudieran enseñar su supuesto “catalán” a todo un Reino 200 años más avanzado que los condados “catalanes” que tendrían que esperar dos o más siglos a  empezar a hablar y a denominar “catalán” a su lengua, 200 años a empezar a escribir su legislación “ en catalán”, 300 años para constituirse como provincia administrativa de España, y 400 a tener una “Renaixença” literaria cuando Valencia tuvo su “Siglo de Oro de la lengua valenciana” en el momento en “Cataluña” empezaba a balbucear el catalán.

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